2 personas • 45 minutos

• 3 papas grandes
• 1 betarraga, pelada y cortada en cubos de 1cm
• 1 puñado de almendras fileteadas
• 1 puñado de queso de cabra rallado
• 2 huevos
• harina
• aceite para freír

En un bowl mezcla los cubos de betarraga con un buen chorro de aceite de oliva, un poco de sal gruesa y pimienta. Pásalos a una fuente y hornea a temperatura alta hasta que estén blandos y dorados.

Por mientras, pela las papas, córtalas en trozos y échalas a cocer en agua hirviendo hasta que estén bien blandas al pincharlas con un cuchillo. Bota el agua, pasa las papas sobre un moledor para puré, sobre un bowl. Deja enfriar hasta que esté tibio al meter el dedo.

Listas las betarragas, pásalas a un bowl y mézclalas con las almendras y alguna hierba fresca que tengas por ahí.

Agrega 1 huevo, un poco de sal y pimienta, y mezcla bien hasta que quede una masa suave. Echa el otro huevo en un bowl y bátelo bien. Echa un poco de harina sobre un plato.

Divide la masa de papa en 4. Toma una parte con las manos y amóldala como si estuvieras haciendo una hamburguesa, pero más ovalada. Déjala sobre una tabla y repite con las otras 3 partes. A 2 de ellas, hazles una hendidura para el relleno, suave… no muy profunda. Reparte en cada una la mezcla de betarragas y encima queso de cabra. Tapa con la otra parte y con las dos manos, aprieta suavemente, sellando la rendija que las separa. No aprietes muy fuerte para que no se escape el relleno, eso es grave. Dale la forma que quieras, puede ser con forma de papa o como un lingote, aplastando suavemente con la superficie de la tabla.

Listas las 2, pásalas por el huevo batido y luego hazlas rodar por el plato con harina, que ésta cubra toda la superficie.

Calienta a fuego medio un sartén mediano, con una buena cantidad de aceite. Fríe las papas, haciéndolas rodar cada cierto rato para que se vayan dorando de manera pareja. Pásalas por papel absorbente y ya.

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