Tips para salir a comprar vinos

La oferta de vinos es tan variada, que para un consumidor no habitual la elección de una botella frente a una estantería puede transformarse algo complicado. Muchos se guían siempre por el mismo vino que compran cuando tienen una invitación a comer. Otros no cambian la cepa. Lo ideal es ir por nuevas bodegas, nuevas variedades y experimentar todo lo que puede ofrecer el mercado.

El precio es el primer criterio que debemos tener en cuenta. ¿Cuánto vamos a gastar? Eso define nuestra compra. Manejarse en un rango de precio nos da mayor seguridad a la hora de elegir una etiqueta. El rango entre los 8 mil y los 12 mil pesos aproximadamente tiene muchas opciones de gran calidad y es el que más ha crecido en los últimos años.

Un tema clave es con qué voy acompañar el vino. Si elijo el vino antes de saber que voy a comer, no hay problema. Es ahí donde el vino define la comida. La mayoría de las veces es al revés y cuando es así y queremos maridar la norma básica es: comida ligera, vinos simples y viceversa. Para un asado está claro, un Cabernet, pero ¿por qué no un Syrah o un Petit Verdot o derechamente un Pipeño, que además va bien con choripanes?

¿Dónde compro? ¿En el supermercado, en la botillería de la esquina o en una tienda especializada? En la botillería muchas veces no tenemos una oferta amplia. La tienda especializada es una muy opción, pero no siempre está a mano. Ahí siempre hay alguien que puede guiar la compra, hacer recomendaciones y mostrar novedades. En las tiendas de vinos hay viñas que no están en el supermercado. Hay algo de exclusividad. Los supermercados han crecido en oferta de etiquetas, pero navegamos en un océano de información con poca orientación. En ese caso lo mejor es llamar al amigo entendido que te ayude a elegir.

¿Mientras más caro, es mejor el vino? Ese es uno de los grandes mitos en el mundo del vino. Mucha gente cree que mientras más cara sea la botella, mejor estará el vino. Eso es un error. Los vinos más caros, los llamados íconos o súper premium tienen valores que superan los 50 mil pesos e incluso más. Lo que muchos no saben es que esos precios están asociados a otros elementos como la transcendencia de la marca, el posicionamiento en el mercado y otras circunstancias más bien relacionadas al marketing. Gran parte de esos vinos requieren tiempo en botella para que logren mostrar todo su potencial. Hay muy buenos vinos por $5 mil, $10 mil o $15 mil pesos. Al final el mejor vino es el que le gusta a uno y, por cierto, con quien te lo tomas.

Lo mejor es entrenar los sentidos probando vinos de distintas regiones de Chile y el mundo. Lógicamente cada uno tiene su propio gusto pero no debemos cerrar las puertas a variedades desconocidas, a bodegas pequeñas, y a cualquier circunstancia que nos enriquezca personalmente, ya sea como aficionados o consumidores aventajados del vino.

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