Cambios en la economía trasandina podrían reactivar aún más la disputa por los mercados globales.

Por Banyeliz Muñoz A.

‘Chile exporta (en promedio) US$1.900 millones contra US$800 millones de Argentina. El Estado en Chile ha logrado garantizar un buen ambiente de negocios, y condiciones macroeconómicas estables, con inflación anual del 3%, inexistencia de impuestos a la exportación, numerosos TLC que abren mercados externos -sin impuestos de importación a vinos chilenos- y bajas tasas de interés para las empresas nacionales’, detalla Pablo Lacoste, académico de la U. de Santiago y autor de cuatro libros de vitivinicultura.El fútbol no es lo único que nos enfrenta con nuestros vecinos. Esa misma rivalidad que se ve en la cancha es la misma que se refleja hace harto rato por el liderazgo de las ventas de vino a nivel global, donde Chile – según fuentes del sector- corre bastante ventaja. No obstante, las nuevas condiciones económicas de Argentina podrían reavivar aún más la competencia por la supremacía latinoamericana de los mercados mundiales.

Por su parte, Fabricio Portelli, reconocido sommelier argentino, pone énfasis en el contexto histórico, donde una de las razones de nuestras ventajas tiene que ver con ‘haber desembarcado primero y tener una política comercial efectiva, activa y consistente. Mientras que los vinos argentinos llegaron más tarde a la conquista de estos mercados, y los problemas económicos (la inflación sobre todo), hacen muy difícil sostener políticas comerciales y estrategias de expansión a mediano y largo plazo, perdiendo en estos últimos dos años varios lugares que costaron mucho tiempo y esfuerzo, por ejemplo, haber ocupado posiciones de góndolas en grandes del retail e inclusión en cartas de vinos de restaurantes’, fundamenta.

Gabriela Celeste, directora ejecutiva de Eno Rolland, empresa mendocina de asesoría vitivinícola, asegura que Chile posee precios más bajos y competitivos a nivel internacional para una misma calidad de producto, debido a un menor costo interno de producción.

En tanto, Analía Videla, directora general de Wine Institute Argentina y Chile, destaca que las principales causas de liderar en las exportaciones ‘tienen que ver con la segmentación de precios, regularidad en la calidad de productos, y estabilidad económica del país productor, que permite proyectarse en el mercado mundial de vinos’. Del mismo modo, añade que la principal ventaja competitiva de nuestro país es la estrategia a largo plazo que se ha trazado el rubro en materia de exportaciones de vino.

¿Por qué Argentina fue quedando atrás? ‘La viticultura fue duramente castigada por 12 años de gobiernos populistas, con 40% anual de inflación, impuestos a las exportaciones de vino (10% del valor FOB, lo cual representa un 40% del valor del vino en origen), atraso del tipo de cambio oficial, tasas de interés sobre el 70% anual para los créditos, y restricciones a la importación de insumos. A ello se suma la inexistencia de TLC (solo tenía TLC con Brasil). En estas condiciones, los empresarios argentinos apenas lograron mantener el nivel de actividad y de exportaciones alrededor de los US$800 millones en los últimos cinco años. En esas adversas circunstancias, es una cifra meritoria, casi heroica’, resalta Lacoste.

Recuadro :

-La estabilidad económica, bajos costos de producción y las favorables condiciones para exportar nos dan la ventaja.

-La llevan en el escenario mundial

Respecto a cuáles son las cepas que caracterizan a ambas naciones en el mundo, Domingo Cruzat, gerente general Hellowine.cl, dice que Argentina es reconocida por su malbec, y en el caso de Chile, cada vez son más las variedades que adquieren protagonismo. ‘La diversidad geográfica permite que Chile sea competitivo desde sus clásicos cabernet sauvignon, sus frescos sauvignon blanc y pinot noir de clima costero, hasta sus tradicionales carmenere o incluso últimamente cepas de parras viejas como carignan’, afirma.

-Se alistan para competir mejor

El experto en vinos Pablo Lacoste afirma que el nuevo gobierno de Macri ha tomado varias medidas para que las expo de vinos cobren fuerza en el mundo. ‘Una de ellas es la eliminación del impuesto a las exportaciones de vino; sinceró el tipo de cambio (el dólar oficial comenzó a cotizarse al valor real); y comenzó a bajar la inflación, aunque muy gradualmente. Estas medidas están recién comenzando a hacer sentir sus efectos, pero todavía va a faltar un tiempo para que la viticultura argentina retome el ritmo de la inversión y el crecimiento. En dos o tres años, si se consolida el cambio político en el país trasandino, la viticultura argentina puede retomar el ritmo’, apunta.