Adidas Stan Smith

Un ícono con nombre y apellido.

No es habitual que una prenda de vestir se mantenga vigente a lo largo de varias décadas. Más bien ocurre lo contrario, ya que el diseño de vestuario tiende a reinventarse e imponer, temporada tras temporada, nuevas tendencias. Sin embargo, algunos atuendos han conseguido sortear los vaivenes de la moda, ganándose un sitial preferente en nuestros guardarropas. Las zapatillas Stan Smith forman parte de este selecto grupo.

Fabricadas por Adidas, su origen se remonta a 1964, cuando la compañía lanza al mercado el primer calzado de tenis hecho en cuero. Por aquellos años, Robert Haillet era un reconocido jugador francés. Por razones de marketing, Adidas decide asociarse con el tenista y bautizar la zapatilla con su nombre. Pero luego de un par de años, el francés se retira del profesionalismo y la marca se queda sin su rostro promocional. Se hacía imperativo encontrar otro jugador.

En 1971, Stan Smith era un destacado tenista norteamericano que acababa de alcanzar el primer lugar del ranking. Tomando en cuenta que su figura les ayudaría a ingresar con fuerza en el mercado estadounidense, Adidas le ofrece rebautizar el célebre calzado con su nombre. Sin embargo la herencia de Haillet tardaría en desaparecer. Hasta fines de los 80’, ambos jugadores convivieron en la lengüeta de la zapatilla. Smith con un retrato de su rostro, y Haillet con su apellido escrito sobre éste.

El resto es historia. Con más de 40 millones de unidades vendidas, el calzado se ha convertido en un ícono generacional. Y pese a su laureada carrera deportiva, Stan Smith ha cobrado fama mundial gracias a la homónima zapatilla. De ahí su célebre frase: “Mucha gente cree que soy un zapato. Ni siquiera saben que yo era tenista”.

Adidas Stan Smith